Para que todo error genere aprendizaje, es necesario generar espacios de transformación partiendo de:Para que todo error genere aprendizaje, es necesario generar espacios de transformación partiendo de:

1. Autoconocimiento

¿Puedes cambiar lo que no conoces? Conocerte a ti misma, reconocerte y aceptarte, sólo así podrás generar la posibilidad de cambiar lo que no te gusta de ti. Un cambio no significa la pérdida de tu identidad, sino su desarrollo.

2. Escucha profunda

Dale voz a tus miedos (te sorprenderá que a veces suenan tan ridículos cuando lo dices en voz alta que terminan perdiendo fuerza) y escucha también fuerte y claro a cada uno de tus recursos (esos que te han traído hasta donde estás hoy) y reflexiona: ¿estos recursos pueden ayudarme a enfrentar las consecuencias derivadas de mi decisión? Si la respuesta es sí, pues adelante, encara la situación. Si la respuesta es no, averigua qué es lo que está haciéndote falta para conseguirlo y ve por él.

Taller de Inteligencia Emocional - Reinventare

Taller Inteligencia Emocional

Inicia un proceso para mejorar tus relaciones personales y tus resultados profesionales desarrollando tu inteligencia emocional.

3. Discernimiento

Para que un pastel de chocolate sea un pastel de chocolate, necesita de muchos ingredientes y un proceso específico para crearlo.

Ante una situación de conflicto (el pastel) reconoce que ingredientes pusiste tú (asumir, omitir, reaccionar, callar, etc.) pues sólo así podrás hacerte cargo de lo que te toca.

Desarrolla la capacidad de distinguir claramente en qué te equivocaste e identifica:

  • ¿qué es lo que ves? Se objetiva, no califiques, eso que ves
  • ¿qué te hace pensar?
  • ¿qué es lo que te hace sentir, eso que piensas?, y
  • ¿qué te dan ganas de hacer con esa emoción que te despertó?

4. Acción

Una vez que te diste cuenta de lo que tú pusiste dentro del conflicto, es momento de hacerte cargo. El perdón (pedir perdón, perdonar y/o perdonarte) es el ingrediente secreto. El perdón, como lo define mi querido maestro Calbet, es reconocer que hacemos, lo que hacemos, desde la torpeza, no desde la maldad.

Esta es la única manera de evitar volvernos esclavos de nuestros errores.  Recuerda que nuestros errores no nos definen, lo que nos define es el aprendizaje que nos dejan.