Todo lo que percibimos a lo largo de la vida es a través de los sentidos, pasa por un filtro mental que interpreta lo que oímos, lo que vemos o lo que sentimos. Este filtro se crea a partir de nuestra biología, emociones, creencias, etc., y es cuando comenzamos a diseñar historias de lo que sucede, su origen y su propósito y que finalmente define el enfoque de nuestras conversaciones para alcanzar un resultado. 

 

El enfoque único: limitante.

 
Cuando pretendemos que los demás acepten nuestro punto de vista a través de convencer (vencer al otro con su consentimiento), anular o eliminar perspectivas diferentes -por ejemplo a través del uso del poder y la imposición-, es cuando estamos viendo el mundo desde un enfoque único, solemos decir “si, pero…”, “es que no has entendido que…”, “lo que no sabes es que…”, “la única solución es…” Calificamos a los que no coinciden con nosotros como ignorantes, incompetentes, limitados o mal intencionados y en el mejor de los casos hacemos uso de la tolerancia para poder convivir con ellos tratando de “educarlos”.
 
Por mucho tiempo se han diseñado y perfeccionado metodologías de seducción que nos permiten convencer a otros con maestría, como en viejas estrategias de ventas, de marketing e inclusive en algunos estilos de liderazgo. La limitante de construir desde este enfoque es que puede ser el origen de grandes conflictos ¿te has dado cuenta que en las guerras todos creen tener la razón y literalmente la defienden a capa y espada? Aquí la diferencia es considerada como una amenaza.
 

El enfoque múltiple: expansivo.

 
Al contrario de lo que sucede con el enfoque único, en el enfoque múltiple el propósito es entender la legitimidad de nuestras diferencias. Busca integrar puntos de vista diferentes para crear nuevas posibilidades reconociendo de antemano que cualquier punto de vista tiene limitantes (inclusive la nuestra). Las conversaciones hechas desde este enfoque incluyen frases como “y…”, “me parece interesante tu punto…”, “ yo lo veo distinto…”
 
Cuando logramos observar el mundo desde este enfoque, estamos co-creando futuros diferentes, haciendo sinergia con experiencias, conocimientos, expandiendo nuestros límites; y reconociendo al otro como un ser único e irrepetible donde la diferencia no me hace mejor, sólo distinto.
 
Como puedes ver, no es tan difícil darnos cuenta de cómo estamos abordando un tema con otra persona, a veces basta con observar lo que hacemos y decidir generar un cambio en ti para que el mundo cambie.
 
Recuerda un poco las matemáticas de la vida: restas y divides o sumas y multiplicas.  Comienza con un paso a la vez, vivir en armonía depende de ti.  Si cambias tú, comienzas al cambiar el mundo.
 
Si quieres experimentar una metodología para descubrir tu potencial, conoce lo que el coaching de vida puede hacer por ti.