¿Recuerdas los estereogramas? En los 90´s se pusieron de moda estos cuadros con imágenes en 2D que tenían ocultas imágenes en 3D. Cuando nuestro cerebro logra centrar su atención en un punto determinado (el segundo plano de la imagen), la imagen oculta comienza a aparecer gracias a la visión estereoscópica. ¿Puedes ver la imagen que está escondida en esta imagen? ¡Es un tercer dinosaurio, un T-Rex!

Tal vez esto pueda tener algo de entretenido, pero ¿qué tiene que ver con las organizaciones? Pongamos un ejemplo. Imagina que tu empresa es este estereograma, todo lo que puedes percibir a simple vista como los dinosaurios, el piso, el pasto, la lluvia y la pared pueden ser los procesos, los recursos materiales, el recurso humano, las políticas y lineamientos, las oficinas, los sistemas, etc. Contiene, además, un elemento adicional con poder absoluto para determinar el rumbo de la organización, este elemento (que es el tercer dinosaurio de la imagen) podría representar a los “innombrables” que rigen los comportamientos del equipo y su impacto en los resultados: las arquitecturas invisibles de las organizaciones.

Estas arquitecturas invisibles sólo pueden ser descubiertas al desarrollar nuestra mirada estereoscópica, como lo define Peter Senge en su libro La Quinta Disciplina, la visión sistémica.

La visión sistémica en 5 premisas

El análisis sistémico ayuda a definir arquetipos que pueden representar de manera metafórica los retos y problemas potenciales que enfrentan las organizaciones.  Sirven de marco de referencia para reconocer un síntoma que lleve a la definición de la causa correcta y buscar la solución que lleve a la eliminación de esa causa y no sólo el síntoma.

La Visión Sistémica nos ayuda a tener más consciencia de cómo y con quién nos relacionamos  y de los efectos que ello puede producir, basado en 5 premisas:

1.- La persona no puede ser un elemento aislado, sino que forma parte del sistema al que pertenece. Por mucho que intentemos aislarnos siempre pertenecemos a sistemas y esto condiciona directa e indirectamente nuestra forma de ser y de estar en la vida.

2.- La persona pierde protagonismo en favor del sistema. Cuando tenemos un conflicto debemos buscar la mejor solución para el sistema y no la mejor solución para una o algunas personas. La solución no sistémica será funcional únicamente a corto plazo.

3.- Cualquier modificación o acción de un miembro repercute en todo el sistema, ya que cualquier acción realizada por una persona o por un departamento, por insignificante que parezca, repercute en toda la organización.

4.- La persona no sólo pertenece a un sistema, sino a una red de sistemas y, en ocasiones, lo que un miembro se compromete a hacer en un sistema entra en conflicto con lo que se prometió en otro. Esto es importante tenerlo en cuenta porque a veces todos los miembros de un equipo llegan a un acuerdo para realizar un trabajo de una cierta manera, y luego, sin saber por qué, una de las personas no realiza su parte como se había comprometido.

5.- Existen leyes sistémicas que ayudan a los sistemas a crecer y a evolucionar de una manera fluida y cómoda disminuyendo los conflictos innecesarios y el gasto de energía inútil provocando un aumento de la eficiencia en la función que deben realizar.

“Nuestras organizaciones se convierten en las historias que nos contamos a nosotros mismos” La Quinta Disciplina en la Práctica, Peter Senge.

Esta propuesta resulta asertiva porque propone una visión diferente e innovadora de detectar aquellos problemas a los que se enfrentan las organizaciones y que, por su complejidad, no pueden resolverse con un enfoque tradicional de simplificación de la realidad. Además de dejarnos ver que los problemas en las organizaciones no surgen de manera aislada.  Interactúan en un sistema cuyas causas no siempre se originan en el mismo lugar donde se observan los síntomas.  

El enfoque de su resolución debe ser complejo, observando las relaciones que impone la estructura de la organización. Y finalmente, empezar a reconocer y estudiar las estructuras que determinan la conducta de los individuos. Analizar los problemas con un enfoque sistémico nos permite reconocer que las causas y los efectos de los mismos no son lineales ni cercanos en el tiempo.

El mayor potencial para el cambio se encuentra en los elementos intangibles, como las actitudes y creencias de la gente. Ellos permiten comprender por qué las normas, la estructura física y los procesos laborales han cobrado su forma actual.