La imagen típica de los jefes “efectivos” pasa por representaciones de gente, en su mayoría hombres, gritando a todo mundo, pidiendo resultados inmediatos y dando directrices sin considerar la opinión de sus subalternos. Pero también encontramos la otra cara, los que pasan invisibles y se niegan a ser líderes. No toman decisiones y no hacen lo que tienen que hacer.

Estos últimos, no dictan alguna estrategia sobre la cual seguir, no dan dirección y tampoco expresan claramente lo que quieren o esperan. Se mantienen distantes o nunca tienen tiempo para uno. Son incapaces de tomar decisiones o esperan que alguien más se arriesgue a hacerlo.

En la experiencia de Linda A. Hill y Kent Lineback coautores del libro Being the Boss: The 3 Imperatives for Becoming a Great Leader (HBR Press, 2011), y estudiosos del tema, han encontrado que no es que los jefes no sepan que hacer, más bien, no están dispuestos a hacer lo que su trabajo requiere.

¿Qué se arriesga para ser líder?

En sus investigaciones, han encontrado que un gran número de gerentes se muestran adversos a tomar una posición o decisión. Sus razones pueden variar. Puede ser una aversión a enfrentar un conflicto, sienten que es su obligación mantener la armonía en el lugar de trabajo. Algunos otros no están dispuestos a lastimar sus relaciones personales, ya que su necesidad de ser aceptados y queridos domina su comportamiento. En otras ocasiones, el gerente se ve como un super operador más que un gerente que decide sobre una estrategia.

Entonces la pregunta sería ¿por qué tanta gente busca convertirse en gerentes, y llega a serlo? La mayoría de ellos, no entienden la función y habilidades que se requieren para ejercer como tales. Es un puesto aspiracional por el incremento en percepciones económicas que eso conlleva, además de la mejora en el estatus dentro de la sociedad. Sin embargo, mientras no quieran ejercer su influencia de manera proactiva sobre sus colaboradores, no podrán conseguir la efectividad requerida en su trabajo.

¿Qué implica ser líder?

Los gerentes efectivos se muestras interesados y sensibles a las necesidades de su equipo, pero fundamentalmente, tienen el encargo de moldear y cambiar lo que otros hacen y piensan, así como gestionar los sentimientos que mueven sus acciones.

Al evaluarnos como gerentes líderes, debiéramos preguntarnos. ¿quiero influenciar a otros? ¿Estoy listo y realmente dispuesto a hacerlo? Estas preguntas son fundamentales para aquellos que quieran tomar este rol o mantenerlo, ya que de esto dependerá su desempeño. Si no desean hacerlo o no pueden, o si la necesidad de ser querido y aceptado por los demás es más grande, sufrirán como jefes.

Ser líder implica invertir en el desarrollo de habilidades requeridas para serlo.  Si deseas explorar un camino para desarrollar tu liderazgo te proporcionamos más información aquí.