Recibir un acenso que por primera vez implique poner a una persona al frente de un equipo de trabajo o como cabeza de un departamento puede ser un evento muy estresante para quien lo recibe, porque representa la necesidad de desarrollar nuevas habilidades que todavía no se tienen para enfrentar el nuevo reto y olvidar otros hábitos que estorbarían para hacerlo con éxito.

El Dr. David Brendel, en un artículo de HBR nos menciona 4 estrategias para facilitar la transición hacia el nuevo rol.

1. Cambio de mentalidad.  

Para los nuevos gerentes el cambio a su nuevo rol implica un cambio cognitivo.  Posiblemente recibió su ascenso por ser un contribuyente individual muy valioso por su alta habilidad técnica. Por tanto, tiende a pensar que en su nuevo rol debe hacer un énfasis mayor en la aplicación de esta habilidad, ya sea buscando abarcar más operativamente, o trabajar más horas en lugar de aumentar la calidad de las horas normalmente trabajadas a través de sumar las contribuciones individuales de su nuevo equipo.  

Es necesario que se enfoque en el desarrollo de nuevas habilidades “suaves” que son las que determinarán el éxito de su nuevo rol.  El empleo de pensamientos positivos hacia las nuevas funciones que van asumir puede ayudar proactivamente a cambiar su mentalidad. Usar verbos como “opto por”, “decido hacer” implican una mentalidad de aceptación en lugar de una pasiva como “tengo que”, “debo de” que implican una resignación al cambio que experimentarán.

2. Plena conciencia del nuevo rol.  

Cuando el nuevo gerente acepta y decide tomar el camino de desarrollar las nuevas habilidades “suaves” que le ayudarán a asumir su nuevo rol y evitar hacer uso desmedido de su habilidad técnica, puede apoyarse en técnicas de meditación y gestión del estrés (técnicas de respiración), el cual seguramente experimentará al enfrentarse a situaciones desconocidas. Existen estudios que muestran que las técnicas de meditación pueden ayudar a moldear el cerebro, por lo que estas técnicas van ganando mayor aceptación en programas de desarrollo gerencial.

3.  Salud física.  

Estar sanos es de la mayor importancia, puesto que un dolor físico o dolencia crónica puede disminuir significativamente tanto el nivel de atención como el ritmo de trabajo.  Es vital dormir las horas suficientes, hacer ejercicio regularmente y tener una saludable alimentación.  La relación mente-cuerpo tiene una implicación significativa que ayudar a sostener un buen desempeño gerencial o limitarlo severamente.

4.  Estructuras de apoyo.  

El nuevo gerente debe tener claro cuál es el objetivo de su nueva función y que contribución hará a la organización.  La comunicación de este objetivo hacia el equipo de trabajo puede ser determinante para guiar, de manera efectiva, los esfuerzos de todo el grupo hacia el logro de metas.  Desde que el gerente se plantea asumir su nuevo rol, debe tener claro primero qué significa para el mismo este cambio de un muy destacado contribuyente individual a un gerente con responsabilidad sobre un grupo de personas. Los cambios de mentalidad y de comportamientos que hablamos anteriormente deben estar fundados en una clara reflexión sobre los valores, la misión y la contribución que el nuevo gerente quiere hacer hacia la organización.

Muchas personas han asumido roles gerenciales sin tener las herramientas necesarias, en forma de habilidades suaves, para hacer frente a este nuevo reto.  Tienden a apoyarse en los modelos de liderazgo que se encuentran a su alcance, muchas veces reproduciendo los mismos vicios que deberían evitar. Al reflexionar sobre las 4 áreas arriba mencionadas, pueden tener, al menos, una idea del camino que habrán de transitar.

Utilizar las herramientas que el coaching ejecutivo aporta puede acelerar el proceso de adaptación. Conoce más aquí.

Mario Peniche