“Una persona puede tener la mejor idea del mundo -completamente diferente y elevada- pero si esa persona no puede convencer de forma suficiente a otros, la idea no sirve”

Gregory Berns.

 

Desde la secundaria odié trabajar en equipo. No era capaz de conectar con la gente y expresar mis ideas, lo hacía de forma torpe y poco clara cuando me daban la oportunidad de hablar.  Algunas veces retrabajábamos, sólo porque no era capaz de transmitir la solución que había visualizado, me resignaba a callar y esperar a que alguien más la descubriera y la compartiera con los demás.

 

En los recesos en la prepa, un escenario completamente diferente al anterior solía juntar a un grupo de compañeros que les encantaba escucharme contar chistes.  Recuerdo que había uno en particular que me pedían con mayor frecuencia y con el que rompían en carcajadas sin importar cuántas veces lo contara. ¿Por qué? En ese momento era un misterio para mí.

 

Al llegar a la universidad, para aprobar el semestre en la carrera de publicidad, uno de los requisitos era diseñar una campaña publicitaria y presentarla al equipo de marketing. ¡Oh por Dios! Era una gran tortura cada vez que llegaba el momento.  Un panel de jueces especialistas en la materia calificaba la estrategia, el contenido y la forma en cómo lo comunicábamos. Afortunadamente, en mi equipo había una amiga que lograba salvar el trabajo, pero durante los primeros 4 semestres, siempre terminábamos con la observación “gran estrategia chicos… sólo les faltó enamorarnos, trabajen en eso como prioridad”.

 

¡Ajá, fuerte y claro profesor! ¿Pero cómo se hace eso? Fue en el 5to. semestre, que en la materia de psicología me pidieron exponer el tema de micro expresiones faciales y la relación entre las palabras, el cuerpo, el pensamiento y la acción. ¡Fascinante! Ahí encontré la base para enamorar: conectar con el propósito y transmitir lo que pienso y siento para que haga resonancia con las personas, a través de una gran historia.

 

Las historias tienen un poder extraordinario.  Activan emociones que generan una energía específica y nos ayudan a obtener ciertos resultados. Hay historias que despiertan, que inspiran, que aterrorizan, que ilustran, que comparten, que hacen reír… Y aquí la pregunta es: ¿Qué hace que algunas sean poderosas, magnéticas, y otras no? La respuesta es simple, hay una reacción de la audiencia cuando vomitas información y otra muy distinta cuando estructuras los argumentos centrales basados en información que es esencial para la audiencia y para ti; sintetizados y presentados de forma original, acompañados de un cierre breve y contundente, que deja una sensación de que valió la pena cada minuto invertido en escucharte.

 

Sin importar qué metodología utilices para transmitir tu idea, ¿Cuáles son los ingredientes para construir una historia que haga magia? Estos son:

 

1.Tener algo que decir

2. Que ese algo tenga un propósito (un sueño que cumplir o dolor que aliviar). Responde a la pregunta: ¿por qué tienes que escuchar esto?

3. Una idea central (que sea el héroe o el villano que determina el cumplimiento o no del propósito).  Responde a la pregunta: ¿qué impide o qué se necesita para lograrlo?

4. Conceptos relevantes (para entender). Responde a la pregunta: ¿cómo impacta, ayuda, o resuelve?

5. Conclusiones (un llamado a la acción). Responde a la pregunta: ¿qué tenemos qué hacer?

 

¿Alguna vez has accedido a hacer algo que, en otras circunstancias, te parecería absurdo o ilógico, y lo hiciste porque la historia logró emocionarte o conmoverte, es decir, tocarte el alma y despertar una emoción? Sin duda, una buena historia requiere de un aspecto racional, pero lo que realmente nos hace movernos a la acción es su aspecto emocional, como lo demostró Richard Thaler en los estudios de economía del comportamiento que le valieron el premio Nobel de Economía en el año 2017.

Todos podemos hacer que una idea merezca ser escuchada si logramos desarrollar la habilidad de transmitir exitosamente lo que nos mueve a través de una buena historia. Recuerda que los estados emocionales son altamente contagiosos, conecta con el tuyo y haz que los demás se sumen.

¿Has pensado qué puede hacer por ti una buena historia, para vender una idea, un producto o servicio, en una entrevista de trabajo o para trabajar mejor en equipo? ¿Qué utilidad le darías?

¡Comparte con nosotros ideas o experiencias!

 

 

Mejore la eficiencia de su equipo de trabajo con los Programas de Liderazgo y Formación de Equipos de REINVENTARE.

Image from Pixabay